martes, 1 de junio de 2010

Rubén Juarez, un amigo del que pude conocer su don de gente.

Administrando el complejo www.cabaniaslapausa.com.ar me tocó conocer a Rubén Juarez y la historia que voy a contar en este post en homenaje a él es simplemente la pura verdad y a pura emoción.

A Rubén Juarez lo conocí como productor de un espectáculo. El espectáculo traía al guitarrista Dominguez y al grupo de Rubén Rada a tocar en Villa Carlos Paz. Rubén negoció con Angel Luis Piccato (director del complejo) que los artistas se hospedaran en el complejo de cabañas. Como Gerente General del complejo me tocó conocerlo una noche en la que fue a comer Cabrito con el grupo de Rubén Rada. El complejo tiene un club house de madera de 500 metros cuadrados cubiertos con un escenario y una acústica espectacular.

Después del cabrito, eran las 2 am del domingo y Rubén decide sacar su bandoneón y me pregunta si se puede tocar en el club house con los músicos de Rubén Rada, obviamente mi respuesta fue un contundente si. El club house además cuenta con los insumos necesarios para tocar música.

Arrancó con su bandoneón a las 2 am y eran las 9 de la mañana y Rubén seguía tocando, cantando y emocionando a todos. Llevaba la música en la sangre y su don de anfitrión.

A mí me sorprendía como sacaban melodías sin haberlas tocado juntos antes.

La anécdota graciosa, que Rubén nunca se enteró, es que llegaron las 7:30 de la mañana y yo me fui a dormir. No quedaba nadie del complejo a cargo, solamente mi hermano Miguel, que como músico se quedó hasta el final. Rubén tomaba todo lo que contenía alcohol, fue tanto lo que tomaron que se quedaron sin bebidas disponibles. En la barra del bar había como adorno botellas de Pisco y licores que estaban rellenadas con te para simular que eran verdaderas. Y bue, no había nadie que le dijera a Rubén que eso no era alcohol, entonces le echó mano y estaba feliz con lo que tomaba. Llegaron las 10 am y todos se fueron a dormir a sus cabañas, eran las 17 horas y a Rubén no había forma de sacarlo de la cabaña, no era por cansancio... era de la descompostura que tenía. Pobre Rubén, no sabía que no era botellas verdaderas y no quería molestar. Un grande mi amigo.

Dios lo tiene tocando con él el bandoneón. Se fue otro grande de la música. Descanse en paz.

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