viernes, 25 de junio de 2010

Inflación creciente a tasas crecientes.

Se necesita solamente ver las negociaciones y discusiones en el ámbito de los sindicatos y los resultados de esas negociaciones para anticipar lo que vendrá en materia inflacionaria.

Desde el punto de vista puramente técnico económico, negociaciones salariales cerradas en torno al 35% implica al menos ese piso para la inflación por venir. El panorama se pone peor cuando entramos a analizar las políticas públicas (fiscales y monetarias).

En cuanto a la política fiscal estamos viendo, desde mi humilde opinión por simple inferencia, un recalentamiento de la economía por medidas de estímulo que tendrán que ver más con procesos electorales que por necesidades de una mayor intervención del Estado en la economía.

Desde el punto de vista monetario, el continuo proceso de aumento de la oferta monetaria llevará necesariamente a una mayor inflación simplemente por el hecho de un exceso de oferta de dinero.

Para ponerlo en términos prácticos, los incentivos a consumir a 50 cuotas sin interés (¡yo lo hice!) son buenos desde el punto de vista de la protección a una inflación creciente (siempre que las cuotas sean fijas y los costos de renovación de tarjetas de crédito compensen la tasa de inflación anual) pero desde el punto de vista productivo implica un recalentamiento de la demanda.

Lo peor por venir es el necesario ajuste de las tarifas públicas que necesariamente ocurrirá en algún momento y que esperemos sea pronto. Yo no tengo ganas de pagar el gas más caro, el agua más cara y la energía más cara pero prefiero que ajustemos gradualmente a dejar que el mercado se expida y obligue a ajustar de manera instantánea y simultánea.

Basta ver los procesos de convocatoria de acreedores que están apareciendo en empresas pequeñas de producción y distribución de energía. Cierto es que la energía se está consumiendo a tasas crecientes, entonces la cantidad compensa la baja tarifa con lo que las empresas, haciendo magia, pueden mantener un nivel aceptable de flujo de efectivo que les permite afrontar los costos cada vez más crecientes a tasas más rápidas que el aumento de la cantidad consumida. Esa ecuación es poco rentable en el mediano plazo y puede explotar en cualquier momento.

Hasta acá, las tarifas no se movieron porque el gobierno pudo manotear de otras cajas para seguir con la fiesta. Pero esas cajas se vacían y cuando eso ocurra no habrá "tu tía"... el reacomodamiento dejará de ser gradual para ser instantáneo y al menos del 400% (tasa de devaluación del tipo de cambio).

Espero que estas medidas las tome el presente gobierno y no deban verse obligados a hacerlo los gobernantes del 2011 en adelante.

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