miércoles, 27 de octubre de 2010

Muere Néstor Kirchner, ¿habrá madurado Argentina?.


La muerte del ex presidente conmociona verdaderamente a muchos, hipócritamente a otros y honestamente alegra  a otro tanto.

La Argentina se encuentra, una vez más, ante la encrucijada de un cambio de rumbo imprevisto. Ese cambio de rumbo puede ser con Cristina Fernández como Presidenta o como la inevitable y repetida historia de asemejarse al pasado, la sombra de sus parecidos  con Isabel Perón.

Puede sonar irrespetuoso en este momento esta nota, pero resulta inevitable nombrarlo.

Si la clase política Argentina maduró entonces debería encolumnarse detrás de ella para entregarle el poder necesario para culminar su mandato el 10 de diciembre del año entrante. Al respecto de esto es que tengo mis dudas y mis miedos.

Cristina tiene en sus espaldas la inevitable comparación con la historia vivida de Isabel Perón. Sin embargo, las diferencias son importantes en cuanto a temple y personalidad y experiencia de gobierno. Quiero decir, a Isabel Perón le tocó gobernar un país convulsionado sin  tener ella vocación política y mucho menos experiencia de gobierno.

Las semejanzas con el último período de gobierno de Perón son asombrosas en cuanto a la realidad económica. El país es inflacionario, estatizador y por ello populista. La gran imagen del presidente Perón es igual a la imagen contemporánea de Kirchner.

Los miedos que asoman tienen que ver con la historia argentina. Todos estos momentos representan para los oportunistas de turno la oportunidad histórica de lograr el poder. A contar desde hoy, la Argentina deberá demostrar que logró madurar. El riesgo inherente a un pacto entre los líderes actuales para conformar un gobierno de transición pasando a retiro a Cristina Fernández es alto.

Sólo ruego que las experiencias pasadas en Argentina sirvan para entender que los dirigentes de relevancia de la oposición tienen que ponerse al lado de Cristina y acompañarla hasta el final de su mandato. Se podrá negociar muchas cosas, pero la institucionalidad no debería estar en riesgo.

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