lunes, 4 de octubre de 2010

¿Y si... todo es cuestión de expectativas?


Los resultados de las expresiones de la última reunión de la FOMC han generado un rally muy importante contra el dólar en todos los frentes.

En la facultad me enseñaron que las “expectativas suelen ser más poderosas que cualquier medida de política económica”.

Lo concreto respecto de las declaraciones de Ben Bernanke fue que la tasa de interés no se moverá por un período largo de tiempo y que el Banco Central Estadounidense está en condiciones o preparado para “realizar las operaciones necesarias a fin de evitar una recesión o peor aún, la deflación”.

Consecuentemente, no hubieron declaraciones tales como “realizaremos en el corto plazo una ampliación de los incentivos que mantengan a la economía estadounidense en la senda del crecimiento” o algo similar.

Por lo tanto, estoy prácticamente convencido que lo que intentaron generar son expectativas positivas hacia los mercados. Buscan que el ánimo de los agentes económicos no se pinche, que existan planes de inversión, que se consuma y que se genere, vía expectativas, un círculo virtuoso de la economía.

Claramente, la economía norteamericana está inmersa en la teoría de la trampa de la liquidez y las autoridades están convencidas de ello.

La política monetaria en este contexto es estéril y la política fiscal y las expectativas positivas tienen un poder inmenso.

Deberíamos enfocarnos en los resultados del empleo del viernes y tratar de discernir si efectivamente la FED volverá a actuar o solo lo hará de la boca para afuera.

Desde mi humilde entender, en la medida que las expectativas se mantengan positivas y el crecimiento se muestre con tasas estables (creciendo muy despacio), es más probable que la FED se quede en amenazas a que efectivamente actúe.

De algo sí estoy seguro en este punto, el resultado que buscaba, lo logró. Eliminó temporalmente la aversión al riesgo y tanto los mercados como los consumidores se muestran activos en gastar.

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